El Puente de los miedos

“Aprendí que el coraje no es la ausencia del miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino el que conquista ese miedo” Nelson Mandela

Todo operador de mercados tienen que cruzar el puente del miedo para esperar la buena suerte, para saber lo que hay en la otra orilla, ya que nuestros temores son los peores mentirosos a nosotros mismos. No podemos ni debemos intentar adivinar lo que nos espera en el otro lado de una decisión, solo esperar que sea algo mejor. Superar el miedo a lo desconocido, aquello que es extraño, a todo lo que es nuestro riesgo, es un reto que no todas las personas consiguen superar. El miedo al error solo es superado ante el terror de estar equivocados en las entradas de una posición abierta. Este solo es superado cuando se está dentro, cuando hay una posibilidad de ver que el objetivo que teníamos previsto es posible. Entonces es cuando vemos que en el otro lado, en el lado contrario, no hay temores a nuestras incertidumbres.

“Somos la suma de nuestra experiencia” nos decía el Sr. Livermore. Por lo que no podemos y mucho menos debemos de intentar adivinar lo que va hacer el mercado, únicamente debemos de analizar aquello que nos ha pasado como experiencia propia, lo que el mercado ha realizado repetitivamente, para ser solo su compañero de tendencias en acontecimientos siempre repetitivos. El ser humano es un animal de costumbres, no cambia nunca y posiblemente solo cambie, si es con la experiencia del dolor. Si deseamos tener éxito en un futuro, solo debe de interesarnos conocer porque causas y motivos se moverá el mercado y así poder superar el propio temor ante lo desconocido del futuro, tal como es el propio mercado, un constante movimiento variable.

Todos sentimos temor ante lo imprevisto, algunos sienten más que desconcierto, ante aquello que nos puede hacer daño o causarnos dolor. Por eso necesitamos superar el miedo de cruzar el puente de lo incierto por el riesgo de caernos. Tal como puede ser el acontecer de preveer lo que pudiera hacer en un futuro muy cercano el mercado. Algo muy difícil de adivinar, pero previsible, si analizamos los comportamientos humanos y sus acontecimientos. El mercado siempre tiene un comportamiento determinado. La multitud, la masa, las grandes mayorías intentaran hacer lo mismo, seguirle en el mismo espacio de tiempo y en la misma dirección, pero en el 99% de los casos no lo consigue por sus temores, si no son ellos mismos los Creadores de Mercado. Parece razonable pensar que lo que ellos hacen, los mercados, es lo que tendríamos que hacer nosotros, ir en su dirección, ser su fiel compañero en los movimientos. Y….en ese momento, a partir de entonces es donde comienza la superación de los miedos a los grandes errores de uno mismo y a los del propio mercado, para que no nos cause ningún temor, sino simplemente un gran respeto.

Nos decía el gran trader, Livermore. “Un hombre debe creer siempre en sí mismo y en su juicio si piensa ganarse la vida en este juego”.

Todos aquellos que hemos sufrido el zarpazo del mercado; en algunos casos el zarpazo ha sido excesivamente grande, es cuando comenzamos a comprender y evitar nuestros grandes temores y de como estos pueden ser superados.

Cuando las acontecimientos desfavorables ocurren, uno cambia, cambia todo, la forma de ser, de vivir y mucho más la forma de pensar y también de operar. Pensar y saber como controlar y dominar nuestros propios demonios, esta no es una tarea fácil, el poder controlar nuestras propias emociones. Pero hay que hacerlo, ya que hay acontecimientos que jamás pueden volver a ocurrir. Si tenemos que llorar por ello, este es el momento en que lo que tenemos que hacer. De lo contrario nadie nos va a cantar en los momentos de incertidumbre.

El Trading no es cuestión de valor, sino de inteligencia, de la suma de nuestras experiencias, conocimiento y errores. Entonces se comprende más que nunca, que deben de ponerse las precauciones necesarias, para que jamás vuelva a ocurrir hechos desagradables, para no ser destruidos sobre todo por nosotros mismos. Cuando escuchamos la primera señal de peligro, es el momento de usar la inteligencia y retirarnos. Si, siempre retirarnos, ante la posibilidad de no estar en la posición acertada. Para ello no se puede aceptar ningún razonamiento, ni consejo de terceros, nunca jamás. Solo nuestra propia opinión debería ser la única válida para poder sobrevivir a este marcado tan terrible, tan cruel.

El mercado no es un lugar para valientes, sino para hombres astutos que aplican el intelecto ante sus adversarios y ante aquellos que nos dan contrapartida, venden o compran.

El mercado y los Futuros son la panacea de la gloria, según dicen. Pero para la mayoría de las personas son el camino del dolor al entrar en la penumbra de la incertidumbre, sin llegar a ver la luz de su salida, ante la brusquedad de sus repentinos movimientos en contra de las posiciones. En la salida prematura o precipitada, es lo mismo, solo es dolor por la diferencia de lo no ganado. El Dax, el Dow son un ejemplo, para todos aquellos que no han conseguido superar el temor o el miedo.

Cuando ha ocurrido el desastre, cuando todo se ha perdido. Es entonces cuando se reacciona, posiblemente tarde y mal. Es cuando hay que sacar fuerzas y valor de donde no las hay. Es cuando nuestros ojos ven el fango de la derrota en el suelo, a donde hemos caído. En ese lugar, en ese suelo es donde comienza un nuevo camino para nosotros. Al haber aprendido de nuestros errores, de nuestros temores, de nuestras incertidumbres. Cuando nos enfrentamos a la verdad y a las posibilidades de nosotros mismos para que podamos continuar en el Trading, o en otra situacion más desagradable, para armarnos de valor y decirles a nuestras familias que todo se ha perdido.

Ese es el momento en el que todos los que operadores entramos, en la enfermedad del trader “euforia y depresión”. Es en el momento que nuestros familiares sospechan que algo no va bien. Al ver en nosotros cambios profundos y, ellos saben que algo grave ocurre en nuestra vida.

Pero el gran dolor reside en uno mismo, en el sentimiento de sentirnos culpables, este es el mayor de los sufrimientos. Ese es el momento en que nuestra mente se rompe y nosotros como personas; al pensar que hemos podido destrozar nuestra economía o la de una familia que solo deseaba nuestra seguridad. Ahí comienza el calvario y nuestra desventura al sentirnos culpables por no usar nuestra inteligencia en la previsión de hechos económicos totalmente posibles, que afectan al bienestar de los nuestros.

Estamos ante el fracaso por no tener la prudencia y no controlar nuestros temores. Siempre serán los temores, el perder o dejar de ganar. Si hemos tocado fondo, si hemos aprendido la lección, es entonces cuando empezamos ha comprender el lenguaje real del mercado, cuando superamos nuestros propios temores. A partir de entonces hemos aprendido a respetarnos a nosotros mismos más que a ninguna cosa y a respetar a los demás, a creer en nosotros mismos y en otras formas de ver la vida diferente a la nuestra. Hemos aprendido a ser diferentes.

Nadie conoce el sufrimiento del zarpazo que produce el mercado ante las imprudencias. Nadie que no lo haya vivido, nunca lo podra comprender, nadie que no haya estado en la cima y se haya caído, conoce el dolor que producen los mercados, con sus miedos, sus temores. Cuando  tienes grandes sueños y tres meses después ya no existen, ni siquiera los sueños, es que los errores han sido más grandes de lo normal.

Solo en suelo, en la derrota, se aprende a confiar en lo que uno debe de saber  para aplicarlo en la toma de sus decisiones, a confiar en los que de verdad merecen nuestra confianza. En aquellos, a los que se les puede mirar a los ojos sin sentir vergüenza, en aquellos que, cuando tendiste tus manos, te las recibieron.

Entonces uno comprende por donde debe de ir su caminar futuro, como será su camino y el puente que tiene que cruzar. Sobre todo, él y el más importante, es el puente de los miedos. Para poder sentir que se está en lo cierto y esto será lo que nos hace actuar de una determinada manera, para poder ser lo que somos.

© 20/9/2014 08:56:27  The Elephant